Trueno Tierra.
Las luces se prenden y el estadio por fin deja de latir, la multitud se descomprime y todos miran al cielo para saber si todavía están en el planeta. El sudor corre por sus frentes, y en el cuenco de sus ojos se encuentra la misma euforia de quince mil almas. Todo comenzó hace varias horas, pero poco importa en realidad, porque por momentos el tiempo dejó de existir.
Trueno Tierra, el último disco que lanzó La Renga al mercado, fue presentado ante 15 mil personas en la ciudad de Rafaela ubicada a 90 kilométros de Santa Fe. Los integrantes Chizzo -voz y guitarra- Tanque -en batería- y el Tete -en bajo- hicieron vibrar a esta coqueta ciudad burguesa con aires de mujer moderna, pero con un lado salvaje indomesticable.
Bastaron unos pocos acordes, de esa guitarra maldita, para que la locura tomara el control del estadio. Ya estaba todo preparado para recibir las pulsaciones de la banda y su público. Abajo en el campo quince mil cuerpos esperando desgastar todas sus energías; arriba Dios -apliquese doble sentido- y un escenario que cobró vida teñido por colores que hasta el mismo infierno no se atrevería a imitar.
La batería marcó el tiempo, el bajo aportó lo suyo y la voz de Chizzo desató el pánico y la locura de todos y todas. Saltaron, gritaron, y encontraron en su lado más salvaje la pura esencia de lo bello, lo bueno y lo necesario. Su algarabía nunca se detuvo, y mientras los temas se sucedían unos tras otros, en el medio del pogo -el agite para la señora y el señor-las lágrimas se posaron en varios rostros.
Un "banquete" de otro planeta -como dijo Chizzo - se vivió en Rafaela. No sólo quedará como uno de los mejores shows que vivió la ciudad, sino que además quedará en el imaginario de todos aquel momento donde el cielo les devolvió a esas quince mil personas, la certeza de que todavía estaban pisando el mismo planeta antes de que empiece el show.
Trueno Tierra, el último disco que lanzó La Renga al mercado, fue presentado ante 15 mil personas en la ciudad de Rafaela ubicada a 90 kilométros de Santa Fe. Los integrantes Chizzo -voz y guitarra- Tanque -en batería- y el Tete -en bajo- hicieron vibrar a esta coqueta ciudad burguesa con aires de mujer moderna, pero con un lado salvaje indomesticable.
Bastaron unos pocos acordes, de esa guitarra maldita, para que la locura tomara el control del estadio. Ya estaba todo preparado para recibir las pulsaciones de la banda y su público. Abajo en el campo quince mil cuerpos esperando desgastar todas sus energías; arriba Dios -apliquese doble sentido- y un escenario que cobró vida teñido por colores que hasta el mismo infierno no se atrevería a imitar.
La batería marcó el tiempo, el bajo aportó lo suyo y la voz de Chizzo desató el pánico y la locura de todos y todas. Saltaron, gritaron, y encontraron en su lado más salvaje la pura esencia de lo bello, lo bueno y lo necesario. Su algarabía nunca se detuvo, y mientras los temas se sucedían unos tras otros, en el medio del pogo -el agite para la señora y el señor-las lágrimas se posaron en varios rostros.
Un "banquete" de otro planeta -como dijo Chizzo - se vivió en Rafaela. No sólo quedará como uno de los mejores shows que vivió la ciudad, sino que además quedará en el imaginario de todos aquel momento donde el cielo les devolvió a esas quince mil personas, la certeza de que todavía estaban pisando el mismo planeta antes de que empiece el show.
1 comentario:
Muy buena crónica! y el blog también, que retome el ritmo!
Saludos de la dueña de Pancitos :)
pd. Francisco, volvé a postear, no seas vago jaja
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