jueves, mayo 08, 2008

El 76 % de los adolescentes discrimina y es racista.

Es común escuchar que los adolescentes no piensan en lo que dicen o hacen justamente porque adolecen -carecen- de valo­res y moral. Es decir a lo que los jóvenes le falta es tiempo (experiencia) para convertirse en buenos ciudadanos. Por cierto nada más falso que esto.
Señalar a los estudiantes secundarios como los primeros que discriminan, rechazan y que esto se debe a que son inmadu­ros son respuestas que no llena el vacío del incremento de la discriminación y la xenofobia. Las causas las tenemos que pensar en por qué no explicamos la discriminación con relación a la estructura universal de la cultura de Occidente. Esto obliga a trazar líneas de fuga con respecto a aquello que se discrimina.
La multiplicidad de culturas diferentes nunca fue aceptada por nuestros conquistadores hace ya 500 años, cómo podemos esperar que los adolescentes de hoy lo hagan y comprendan que implica llevar a cabo tal decisión. Al mismo tiempo que se comete un gran error tratar de reparar la xenofobia promulgando el mensaje: somos todos iguales. Otra vez nada más falso.
La empresa que se toma al comprender y respetar al sujeto que tiene enfrente quizás es la tarea que nunca nos enseñaron. Frente al otro yo me reflejo como ciudadano, y conforme yo acepte al otro como un otro legítimo en la convivencia, estoy tomando conciencia de lo que es un verdadero diálogo entre iguales.
Levis-Strauss ya lo ha dicho: “existen más culturas que razas” Tal vez nunca lleguemos a conocer todas las culturas que existieron y existen en el mundo. Pero el conocimiento y la práctica social de conocer abren la puerta a la multiplicidad. En una palabra lo que tenemos que defender aquí es la posibilidad de construir códigos de representación para poder llenar esos vacíos que generan la discriminación y el rechazo.
La tarea de occidente y la que más se nos ha interiorizado es la de aplicar un único decodificador de códigos frente a la multiplicidad que nos rodea. Entonces es lógico que no aceptemos y rechacemos a todo lo que no encaja en ese decodificador.
Explicar el etnocentrismo y la xenofobia a través de lo mencionado equivale a los desafíos que la toda la sociedad debe tomar como herramientas para la lucha contra el temor a lo diferente.

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