El periodista Cristian Vitale le hizo una nota a Fabio "poroto" Lacolla, para Página 12. Lacolla se recibió en la UBA a finales de los ’80, tiene su consultorio armado y un nombre que circula básicamente en recitales, salas de ensayo y estudios de grabación: es el psicólogo del rock.
A continuación, un fragmento de la entrevista:
–¿Cómo atravesó Cromañón el estado mental de los rockeros?
–Dejó una marca cultural, más allá de la tragedia en sí. Algunos la vivieron como un acontecimiento sociocultural y otros se pusieron adversivos. Incluso, hubo diferencias claras entre los músicos. Me tocó atender una banda que lo sufrió muy de cerca. Se le murieron muchos amigos y desapareció el proyecto. Hubo que laburar un duelo tremendo, porque ellos habían perdido familiares, instrumentos y, sobre todo, la ilusión. Una banda que sufrió una tragedia, que le costó reponerse y aun le cuesta volver a disfrutar como antes.
–¿Cómo interfiere el éxito, el exceso de protagonismo, en la subjetividad del músico?
–Si el tipo cree que siempre va a ser exitoso está en el horno. El éxito siempre es situacional... no es que yo soy exitoso y todo se construye a través de mi éxito: es al revés. Hay una situación que me pone en ese lugar provisoriamente. La otra vez me consultaba una banda, cuyos temas recién ahora están rotando en radio y tv, y el problema era que los de las discográficas les decían: “Cuando empiece el concierto, empieza a tocar la banda y el líder sale después”. El cantante hizo caso, pero la banda, al ver que no entraba con ellos, le hizo un piquete. Se pudrió todo: “¿Quién te pensás que sos, loco, tocás con nosotros hace mil años y ahora te hacés la estrella?” El mercado pide una cosa, porque el público quiere eso. Y la banda quedó presa de la subjetividad del cantante. Eso generó un conflicto grave en la banda.
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