Compromiso matrimonial para Sunam y Nieem, dos primos de 3 y 7 años
Sunam, una niña afgana de tres años, todavía no ha aprendido del todo a hablar pero ya tiene prometido. Lo ha elegido su familia y se llama, Nieem, su primo de siete años. Ambos celebraron el compromiso para casarse en cuanto Sunam cumpla 14 o 15 años, el pasado junio, en una fiesta a la que asistieron sus respectivas familias y en la que la novia lució traje blanco de boda. No se trata de un evento excepcional ya que, a pesar de los esfuerzos de las organizaciones de derechos humanos, los matrimonios concertados siguen siendo una práctica habitual en Afganistán y, según datos de Unicef, al menos el 16% de los niños se casa sin haber cumplido los 15 años y aproximadamente el 43% de las bodas se celebra entre menores.
El límite legal para contraer matrimonio en Afganistán son 16 años para la mujer y 18 para el hombre. Si la boda no desemboca en una unión feliz, las normas tribales y de la religión islámica dejan al hombre la escapatoria de poder elegir a una segunda esposa por amor. Si la mujer se resiste, puede ser obligada a obedecer con métodos violentos. Está en juego el subsidio matrimonial que la familia de la esposa recibe de la del marido durante al menos un año. A menudo, cuando la joven opta por rebelarse huyendo del hogar, acaba siendo víctima de la prostitución y de las drogas. Por ello las hay que prefieren el suicidio. La madre de Sunam no está de acuerdo: "Nosotros pertenecemos a la tribu pastún y si hay un acuerdo prematrimonial, se casarán y basta".
Vía: ElPaís
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